Pablo
nos trae el mensaje que le dio a los Corintios, una carta que está compuesta
por consejos, regaños, parabienes, bendiciones y sobre todo la verdad de
Cristo. Una de esas verdades está la de hoy, Somos un cuerpo formados por
muchos, que unidos formamos el cuerpo de Cristo, es algo que no es tan
complicado de entender para aquellos que se encomiendan a Dios y les pide sabiduría
para leer y meditar su palabra, pues recordemos que para entender la palabra de
Dios, solo basta con tener fe y pedirle a Dios sabiduría para entender su
palabra.
Este ejemplo con el cual Pablo nos orienta
hoy se puede entender de la siguiente manera: Somos un cuerpo, que unidos
funcionamos correctamente, Cristo es la cabeza, la cual es la que piensa qué va
a hacer el cuerpo, ese cuerpo está conformado por los diferentes órganos que
componen al cuerpo humano, hay órganos importantes que son fundamentales para
que continúe nuestra vida terrenal, como el hígado, los pulmones, el estómago,
el páncreas entre otros órganos que sin ellos no podemos vivir.
Cristo es el que decide qué va a hacer el
cuerpo, está en las condiciones del cuerpo si se puede hacer o no, ¿Cómo
funciona esto?, cuando Jesús nos pone una prueba en nuestras vidas, está en
nosotros aceptarlas o no, si la aceptamos, seguiremos siendo felices pero si no
aceptamos la voluntad de Dios, entonces no vamos a ser felices o esa felicidad va a ser en
vano. Así funciona nuestro cuerpo, tú piensas qué vas a hacer con tu cuerpo,
pero está en las condiciones del cuerpo si eso se puede hacer o no, si piensas
en mover el cuello a los lados y tienes
un tendón inflamado, es obvio que no vas a poder mover el cuello por el dolor
que va a ocasionar, o si tienes el tobillo roto y piensas salir corriendo, es
obvio que el dolor no te va a dejar. Si lo puedes hacer, pero con fe, esa es la
única manera de hacer lo imposible, tener fe en que sí se va a lograr. Pero si
vas a hacer eso sabiendo que te va a doler, es obvio que te duele; el cerebro
manda a la parte del cuerpo a ejecutar una función la cual esa parte del cuerpo
rechaza por su imposibilidad, ya sea su inflamación o su ruptura. El cerebro
también puede hacer que la parte del cuerpo que esté sana, haga que la otra
parte sane también y se pueda ejecutar la función que ha mandado el cerebro. Si
tengo una mano sana y otra con dolores, la mano sana puede con una pomada untar
a la mano adolorida para que sane y mientras, hacer lo que la otra mano hacía
mientras tengo el dolor. Si tengo las dos manos malas, mi boca ejerce una
función, pidiendo ayuda a otras personas para que me ayuden a aliviar el dolor.
Si no tengo voz, buscamos la forma de comunicar mi inquietud para que mi cuerpo
pueda funcionar correctamente. Pero si tengo una mano mala y no utilizo la otra
para que no me duela también, allí vamos mal, porque estamos siendo egoístas
con nosotros mismos.
Así funciona nuestra iglesia, Cristo manda
a ejecutar una función a una parte del cuerpo que somos nosotros, pero está en
nosotros acatarla o no, si nosotros no acatamos ese mandato, entonces estamos
rechazando la voluntad de Dios, entonces, Cristo manda a la otra parte del
cuerpo a que ejecute su función para que la otra parte funcione, allí está el
trabajo de cada uno de los religiosos, cuya misión es llevar el mensaje a
aquellos que están alejados de Cristo, esos misioneros son aquella mano que
untan con una pomada a la otra mano que esta adolorida, para hacerla cambiar y
para que acepte la voluntad de Dios y si no se pudo, Cristo buscará la forma de
que esa voluntad se cumpla, porque la voluntad de Dios se cumple queramos o no
queramos, pero está en nosotros aceptarla o no. Allí está la función de los
órganos importantes del cuerpo como son los pulmones, el páncreas, el estómago,
el colon, entre otros. Esos órganos importantes de este cuerpo que es la
iglesia, son los apóstoles, los profetas, los maestros, los que hacen milagros,
los que curan a los enfermos, los que hacen el bien.
En pocas palabras aquellos que cumplen la
voluntad de Dios y aquellos que su misión es velar para que esa voluntad se
cumpla. Allí está el trabajo del Papa, de los cardenales, de los obispos, de
los sacerdotes, de las monjas, de los catequistas, de los misioneros, que son
órganos principales para el buen funcionamiento del cuerpo. ¿Cuál es el corazón
de este cuerpo?, la fe de cada uno de sus miembros:
Es por eso que Pablo hoy nos pregunta que si tenemos esos dones antes
nombrados, el don de curar a los enfermos, de hacer milagros, entre otros. Si
lo tenemos es porque tenemos fe y eso quiere decir que ese corazón está
latiendo perfectamente. Si no lo tenemos es porque debemos acudir a esa cabeza
que es Cristo y pedirle los dones necesarios por excelencia para que ese cuerpo
pueda funcionar perfectamente. Es por eso que hoy debemos servir al señor con
mucha alegría, alabarlo, bendecirlo, reconociéndolo como único y verdadero
Dios, y sobre todo aceptar su voluntad, porque su fidelidad es eterna.
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