#YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

Cada día Dios nos habla, cada día Dios nos da un mensaje para que sigamos adelante, para que seamos testimonio de Él. Para escuchar la palabra de Dios no hace falta estudiar y estudiar, solo hay que disponerse a escuchar, a saber escuchar, a dejarse enamorar y sorprender por el amor de los amores. Este blog consiste en las reflexiones del evangelio del día. Cada día Dios tiene una palabra para nosotros y a su vez, algo diferente, algo aún mejor que lo de ayer, solo hay que confiar en su palabra y entregarse a él.
Evangelizar las redes es una misión que debemos tener, a veces las redes sociales son los lugares donde hacen falta más evangelización, comuniquemos que Cristo es la razón de nuestra existencia, comuniquemos que sin Cristo no somos nada, llevemos la palabra a todas partes, sin miedo, para que podamos decir #YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

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martes, 11 de noviembre de 2014

El corazón del soberbio es manejado fácilmente por el Señor

el Señor les habla a los soberbios, diciéndoles que Él maneja su corazón, como una corriente de agua: lo dirige hacia donde quiere. A pesar de que el soberbio por su orgullo no se dé cuenta de que Dios  cumple su voluntad así Él no lo quiera, nosotros lo debemos saber y  lo debemos tener siempre en cuenta, su palabra es la verdad y su palabra nos confirma que Dios es el Rey de Reyes que sabe hacer las cosas a la perfección y su plan es tan perfecto, que queramos o no queramos, se tiene que cumplir.

      Hermanos, debemos estar en el camino correcto que es Jesús, el cual es el camino, la verdad y la vida, y la forma de estar en ese recto camino es haciendo obras buenas, donde amemos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos y no debemos hacerlo porque “si lo hago el señor me va a salvar” sino que debemos hacerlo porque es la forma de que mi hermano esté bien y yo esté bien, es la forma de que mi hermano esté feliz y yo también lo esté.

     Una de las formas de hacer el bien es perdonando a mi hermano, porque si Jesús perdonó nuestros pecados por medio de su muerte en la cruz, ¿qué nos cuesta a nosotros perdonar a mi hermano? Todos estamos perdonados gracias a nuestro Redentor, Él murió por todos nosotros y por esa razón debemos ser misericordiosos, perdonando, olvidando y amando; porque perdonar sin olvidar es lo mismo que no perdonar, todas esas obras Dios las va a pesar cuando lleguemos a rendirle cuentas, si yo no perdono a mi hermano, entonces las cosas malas se van a inclinar y asimismo seremos castigados, si Dios fue misericordioso con nosotros, nosotros también debemos ser misericordiosos con mi hermano, esa es una forma muy hermosa de hacer el bien, ser misericordioso y esa misericordia hace que practiquemos la justicia  y el derecho para todos por igual, lo cual agrada al señor e incluso más que los sacrificios, si somos misericordiosos seremos justos.

     La justicia, la misericordia y el derecho son cosas muy bonitas que tienen relación entre sí, ya que se trata de hacer el bien para todos por igual, si tengo misericordia seré justo con mi hermano y mi hermano ejercerá un derecho que él tiene y eso le agrada a Dios. Si en este país se practicaran esas tres cosas, todo fuera diferente, porque no hay misericordia ni siquiera con los enfermos y buscan enlazar la salud con la política. Si hice algo mal, debo reconocerlo, debo buscar la falla y debo escuchar a mis adversarios para que opinen con respecto a esa falla, al escuchar su opinión, debo respetarla, tomarla en cuenta y buscar soluciones concretas, apoyadas por soluciones planteadas por otros sectores que piensan distinto que yo, de eso se trata el dialogo; pero si hice algo mal que está afectando a medio país, y yo en vez de buscar soluciones para el bienestar de todos, busco soluciones para el bienestar de un partido político y le echo la culpa a los demás ¡allí si estamos graves! Con echarle la culpa a la persona que piensa distinto  no voy a solucionar el problema.


      Si hubiese misericordia con los enfermos, allí aparecería la justicia, si cometí el error, escucho las opiniones de los demás y especialmente de los expertos en la materia en donde cometí el error. Pero si ese experto en la materia, dice una verdad que a mí no me gusta y hago lo posible para que no me estorbe, como meterlo preso, allí no esto practicando la justicia, y le estoy quitando el derecho a esa persona que no piensa igual que yo. Esas obras no le gustan a Dios.  Al contrario, debemos escuchar a los que en verdad saben, respetar su opinión, trabajar juntos para la solución del problema, allí estaríamos haciendo esas obras que tanto le gustan a Dios: Misericordiosos con los afectados, Justos con los que piensan diferente que yo para así darles y respetarles un derecho que ellos tienen, que consiste en la libertad de expresión.

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