#YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

Cada día Dios nos habla, cada día Dios nos da un mensaje para que sigamos adelante, para que seamos testimonio de Él. Para escuchar la palabra de Dios no hace falta estudiar y estudiar, solo hay que disponerse a escuchar, a saber escuchar, a dejarse enamorar y sorprender por el amor de los amores. Este blog consiste en las reflexiones del evangelio del día. Cada día Dios tiene una palabra para nosotros y a su vez, algo diferente, algo aún mejor que lo de ayer, solo hay que confiar en su palabra y entregarse a él.
Evangelizar las redes es una misión que debemos tener, a veces las redes sociales son los lugares donde hacen falta más evangelización, comuniquemos que Cristo es la razón de nuestra existencia, comuniquemos que sin Cristo no somos nada, llevemos la palabra a todas partes, sin miedo, para que podamos decir #YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

twitter: @gabonotario
instagram: @gnotario

jueves, 20 de abril de 2017

LLAMADOS A SERVIR

Ciertamente la Iglesia es Santa, como se recita en el mismo credo “creo en la Iglesia que es una Santa, Católica y Apostólica”; esta santidad siempre va a existir, a pesar de que sus miembros no lo sean. La Santidad de la Iglesia invita a sus miembros a ser santos, es decir, a no seguir intentando manchar el nombre de la Iglesia con sus actos, y convertir estos actos en la muestra de santidad más notoria que la misma Iglesia ejerce: el Servicio.
Personalmente, diferencio el “servicio” del “Servicio”, porque hay uno por coacción y otro por convicción, más que convicción, por amor. Servicio es una palabra que viene del latín servus que significa siervo, es decir, alguien que se abaja, se anonada y se pone a disposición del otro.
Con todo esto, el primer paso para Servir es bajarse de una nube construida por nosotros mismos, que nos lleva a pensar que somos más que los demás y que aquél demás me tiene que servir, porque soy superior a él. Para Servir es necesario reconocer que todos somos iguales, es más, es necesario rebajarse y servirle al otro como si fuera nuestro amo, nuestro maestro o jefe, y Jesucristo mismo lo enseñó con su vida y esto se puede observar con el gesto de lavarle los pies a los discípulos, algo que sólo lo hace un siervo hacia su amo; entonces, si Jesucristo hizo esto ¿Los apóstoles son más que Cristo? ¿No era mejor que los apóstoles le lavasen los pies a Cristo? ¿Qué quiso decir Jesucristo con todo esto?
Las preguntas anteriormente mencionadas son completamente válidas, y todas ellas tienen una respuesta: Jesucristo, quiere que seamos Siervos de nuestros hermanos. 
El Servicio es algo muy bonito, pero cuando se hace con amor, hoy lamentablemente esto se ha distorsionado, muchos sirven, pero por algún interés personal, es como un político que hace las cosas Iglesianarse un voto; el servidor de la Iglesia no debe caer en este servicio y vamos a ubicarlo en nuestros propios ámbitos:
Un sacerdote debe Servir por amor, pues para eso se ha consagrado, él pasa por un proceso donde se hace discípulo por 
tener un encuentro personal con Cristo, para más adelante configurarse con el Buen Pastor y así, toda su vida amar y querer dar la vida por sus ovejas, como Cristo lo hizo. Parece contradictorio, pero el verdadero servidor en la Iglesia es el sacerdote y en todos sus aspectos, desde el servir la Mesa para el Gran Banquete hasta servir la mesa a un indigente. Un sacerdote que le encante que le equivocadotá totalmente distorsionado, equivocado y desubicado, es la muestra de hipocresía más notoria, está actuando como los mismos fariseos que quisieron crucificar Jesucristo; en la Iglesia no deben haber sacerdotes que piensen que los ministros, catequistas y demás miembros se hicieron para ser los esclavos de los curas, principal el Servicio. El sacerdote es el principal sujeto que debe dar testimonio del Evangelio, de la vida de Jesucristo, y con todo esto se puede decir que el Sacerdote es el principal testimonio del Servicio, y con su testimonio enseñar a los demás a ser Siervos. El Servicio sacerdotal es un testimonio que no sólo debe estar cuando está presente el obispo, sino en toda su vida ministerial, desde con sus fieles hasta con sus hermanos de presbiterio; todo esto se traduce a lavarle los pies a los demás, no como un simple gesto litúrgico de Jueves Santo, sino comprender el sentido de esto y llevarlo durante su vida.
Un seminarista por ver estos malos ejemplos y por construir castillos encima de nubes en su cabeza, puede tener una visión distorsionada del Servicio, pero también un seminarista puede crear este concepto de servicio por sus propios intereses, un árbol mal 
nacido viene de una mala siembra y si un seminarista es así desde el semillero, en el arbolar de su Ministerio Sacerdotal no va a dar frutos, sino cizaña. Un seminarista que sirva para que los formadores lo vean, es el mismo seminarista que mientras el formador no esté hará desastre con su vida y su formación. Un seminarista que sirva para ganarse la confianza de los formadores y tener a Dios amarrado por la barba es el mismo seminarista que cuando se ordene va a trabajar sólo cuando el obispo lo vea, es el mismo cura que servirá para que el obispo le dé las mejores parroquias, ¡Qué distorsión! La dimensión comunitaria de la formación es la propicia para realizar el 
servicio, el cual debe comenzar desde con los hermanos mayores, hasta con los hermanos menores. El servicio del seminario no consiste en jerarquías, en que el menor es esclavo del mayor, sino 
en el Amor, el verdadero Servicio por convicción no es tener confianza con los formadores y pasear con ellos a cada rato, sino trabajar para que la Iglesia esté bien, por Amor a mi casa, por Amor 
a mi vocación, por Amor a mis hermanos y por supuesto, por Amor al mismo Cristo que me ha llamado a servir. Un seminarista que no sirve se ha equivocado muy bruscamente de su vocación, un seminarista que sirva por coacción, ¡mejor que se postule a una elección de alcaldes a ver si la gente le cree y gana! 
Un Laico puede caer en servir para ganarse la confianza de su párroco, para que lo feliciten o para que lo pongan en un buen puesto. La Iglesia no es una empresa, es una Madre y a parte de Madre es una Casa, y la Casa es de todos. Un Laico no puede limitar su servicio a un sacerdote, sino a sus hermanos. Esto de tratar mal nuestros propios hermanos y aparentar falsa santidad delante de un párroco son cosas que carecen de sinceridad y propias de un ser hipócrita. Un Laico debe Servir como el mismo Cristo lo hizo, y como los mismos apóstoles lo hicieron entre sí desde que conocieron al Maestro. Un buen Laico es aquel que se le olvida que su hermano es más o menos que él y comienza a servirle, es aquél que ama a sus hermanos sin importar sus problemas, es aquel que toma lo bueno de sus líderes y los lleva a la práctica. Un buen Ministro de la servicioía es aquel que no limita su servicio a dar la comunión, sino que lo lleva a hasta tomar una escoba y barrer. Un buen Catequistaes aquél que se entrega por completo a la enseñanza de la doctrina de la fe, pero que también colabora con los otros servicios. Un buen Minsiterio de música es aquel que Sirve para alabar a Dios, que tiene presente que la Misa no es un concierto, y que Sirve teniendo presente que todos estos talentos son para alabanza y gloria de nuestro Dios.
Por último, el Servicio es algo muy amplio, que muchos a lo mejor hacen sin darse cuenta y que otros sabiendo hacerlo no lo hacen. El Servicio es como la Santidad, nadie está exenta de ella. Un Sacerdote en un retiro dijo “La santidad es igual a la felicidad y 
viceversa” hoy yo digo también “El servicio es igual que ser feliz, y la
felicidad es igual a la santidad” ¡Procuremos nosotros a servir! Como 
lo dijo Teresa alguna vez “Quien no vive para servir, no sirve para 
vivir”, y yo agregaría: Quien no sirve para amar, ¡no sirve para nada!


¡Seamos Siervos por el Amor de CRISTO!


No hay comentarios:

Publicar un comentario