#YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

Cada día Dios nos habla, cada día Dios nos da un mensaje para que sigamos adelante, para que seamos testimonio de Él. Para escuchar la palabra de Dios no hace falta estudiar y estudiar, solo hay que disponerse a escuchar, a saber escuchar, a dejarse enamorar y sorprender por el amor de los amores. Este blog consiste en las reflexiones del evangelio del día. Cada día Dios tiene una palabra para nosotros y a su vez, algo diferente, algo aún mejor que lo de ayer, solo hay que confiar en su palabra y entregarse a él.
Evangelizar las redes es una misión que debemos tener, a veces las redes sociales son los lugares donde hacen falta más evangelización, comuniquemos que Cristo es la razón de nuestra existencia, comuniquemos que sin Cristo no somos nada, llevemos la palabra a todas partes, sin miedo, para que podamos decir #YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

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jueves, 28 de mayo de 2015

AMOR EXTREMO

     
Hoy la iglesia celebra la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote; fiesta que se celebra el jueves después de Pentecostés. Un día para amar el sacerdocio de Jesucristo prolongado en sus ministros. Para agradecer a Cristo este gran regalo. ha de ser un día para agradecer a los sacerdotes su entrega absoluta. El sacerdote actúa en la persona de Cristo. Perdona con el perdón de Dios, lleva su Palabra que se encarna en su propia palabra, perpetúa la presencia real de Cristo entre nosotros.

  El amor y la fidelidad son más fuerte que la muerte

   La primera lectura tomada del libro del profeta Isaías es muy fuerte, nos habla de todo lo que soportó Jesucristo en su pasión, pero más allá de ese dolor que anunció Isaías en esa profecía, hay que ver ese gran gesto de amor extremo de Jesús hacia nosotros, este siervo sufriente del que nos habla Isaías prefigura la entrega total de Jesucristo. Una pasión dolorosa, dice la lectura que muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, ya no  tenía aspecto de hombre. Nadie pensaba que ese siervo, humillado, maltratado, masacrado, iba a ser aquel que cambiaría el mundo, iba a ser aquel que dividiría las historia en dos, pero más allá de este  anuncio que hizo Isaías sobre los sufrimientos de este siervo, hay que comprender que el amor y la fidelidad son más fuerte que la muerte. 

      Jesucristo no se entregó en la cruz porque él quería sufrir, porque le encantaba que lo maltrataran, algunos pensarán que solo a Jesucristo se le ocurrió entregarse, o que Jesús era un masoquista, no, Jesús no se entregó por su disposición emocional, sino por su fe, una fe que estaba basada en la obediencia a su padre. Cuando Jesús estaba orando en el huerto, sudó sangre, ese sudor era porque la presión era tan fuerte, que sus venas reventaron, su presión era porque no quería caer en la tentación, y es por eso que en su agonía, ora y dice "Padre, si es posible, aparta de mí este caliz, pero que se haga tu voluntad" Jesús no quería pasar por ese sufrimiento, no creo que haya alguien que quiera que lo maltraten así, pero Jesús fue a la cruz por obediencia; Él le pidió que si era posible, el no pasara por ese sufrimiento, pero que se haga siempre su voluntad, y Él fue obediente a la voluntad de Dios, y por obediencia Dios le concedió el nombre sobre todo nombre, como dice el pasaje de la carta a los filipenses, y vemos aquí que Isaías luego de anunciar todo ese sufrimiento, anuncia que Dios le dará una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos. 

     Luego del sufrimiento viene la alegría, porque sin pasión no hay gloria. Jesús pasó por todo eso, por todo ese sufrimiento por amor a nosotros, por un amor extremo, dice la palabra que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos, y no le bastó con dar la vida por nosotros, no le bastó con sufrir todo lo que sufrió para que su pueblo no sufriera, sino que antes de su pasión aseguró que siempre iba a estar con nosotros y estableció esa alianza eterna de la que nos habla el evangelio de hoy.

Incomparable amor, amor extremo

      El evangelio de hoy habla de ese amor infinito, de ese milagro de amor incomparable, extremo y eterno. Jesús quiso quedarse con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y lo hace con este milagro de amor infinito. Jesús como buen judío seguía las costumbres de su pueblo. La cena de la pascua era una de esas costumbres, y cada uno de sus elementos tenía un significado: el pan ácimo representaba el pan del maná en el desierto, las hierbas amargas representaban esa amargura, que vivieron cuando eran esclavos de Egipto, y a los panes le untaban una especie de mermelada, hecha de manzana y canela, que representaban las mezclan que hacían los esclavos para construir las construcciones que pedía el faraón. Jesús quiso también, conmemorar esa cena, y no la abolió sino que la perfeccionó y estableció una alianza nueva y eterna: nos entregó el pan convertido en su cuerpo y el vino convertido en su sangre. Ese es el amor extremo de Jesús hacia nosotros, que Él siendo el Rey, se queda con nosotros en ese humilde pan. Este es el amor infinito de Jesús, que Él mismo se entrega como ofrenda para ser el sacrificio por el cual hemos sido salvado, tal como lo hizo en la cruz.

      Hay una frase muy importante en esta lectura, con ella Jesús instituyó el Sacerdocio: "Hagan esto en memoria mía", desde ese momento, y esta tradición ha continuado hasta nuestros días, y continuará siempre, porque es una alianza nueva y eterna. hoy en el altar, se hace lo mismo que hizo Jesús con sus discípulos hace más de dos mil años entorno a la mesa. Jesucristo por medio del sacerdote, se hace presente en el altar, y no es un símbolo, sino que es Él, quien viene aquí para que nosotros vayamos a Él. ¡Seamos fieles a ese amor!. Hoy día de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, oremos por los sacerdotes, porque por medio de sus manos es que hoy seguimos haciendo eso en su memoria, por medio de sus manos ese Pan y ese Vino se convierte en su Cuerpo y Sangre, y no es que sea el Sacerdote quien lo convierta, sino que es el mismo Jesucristo, cada sacerdote es un Cristo en la tierra, que hace eso en su memoria, por medio de las manos del sacerdote, Jesús perdona nuestros pecados. 

      Oremos por todos ellos, por nuestros pastores, para que cada día se santifique más y más su ministerio y oremos por el aumento de las vocaciones, porque hay una verdad muy clara: Sin Eucaristía no hay Sacerdotes, y sin Sacerdotes no hay Eucaristía. Joven, si sientes el llamado a ser testigo de este amor infinito, ¡No tengas miedo!, la vida sacerdotal es una vida apasionante, en donde por medio de ti Jesucristo derrama su amor incomparable, no tengas miedo a cumplir la voluntad de Dios, no tengas miedo a tener una vida realmente apasionante, como siempre digo: que no vale la pena, sino la vida. Oremos para que cada día hayan jóvenes que quieran darlo todo por aquel que lo dio todo por nosotros, que quieran conocer y amar a Cristo, la primera razón de nuestras vidas.


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