#YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

Cada día Dios nos habla, cada día Dios nos da un mensaje para que sigamos adelante, para que seamos testimonio de Él. Para escuchar la palabra de Dios no hace falta estudiar y estudiar, solo hay que disponerse a escuchar, a saber escuchar, a dejarse enamorar y sorprender por el amor de los amores. Este blog consiste en las reflexiones del evangelio del día. Cada día Dios tiene una palabra para nosotros y a su vez, algo diferente, algo aún mejor que lo de ayer, solo hay que confiar en su palabra y entregarse a él.
Evangelizar las redes es una misión que debemos tener, a veces las redes sociales son los lugares donde hacen falta más evangelización, comuniquemos que Cristo es la razón de nuestra existencia, comuniquemos que sin Cristo no somos nada, llevemos la palabra a todas partes, sin miedo, para que podamos decir #YoSoyEvangelizadorDeLasRedes.

twitter: @gabonotario
instagram: @gnotario

viernes, 11 de septiembre de 2015

MARÍA, MODELO DE VIDA PERFECTA

MARÍA DE COROMOTO 
Hoy es un día especial para nuestra Iglesia Venezolana, porque celebramos  la solemnidad de nuestra patrona, la virgen de Coromoto, una advocación muy bonita que se les dio a conocer a los más pequeños de aquella época: a los indígenas, y de una manera muy hermosa, mandándoles a bautizar. La Virgen de Coromoto, así como apareció, se quiso quedar con nosotros, en esta patria tan amada, dejando así un trozo de tela donde está pintada su hermosa imagen, la cual mucho conocemosla Reliquia de la Virgen de Coromoto, una imagen apenas de 2,5 cm de alto y 2 cm de ancho. Un misterio muy bonito e impactante; recientemente, esta reliquia pasó por un proceso de restauración y se hallaron muchas cosas que científicamente no tiene explicación, entre ellas:  
  •    En primer lugar, el relicario estaba sellado y los restauradores no podían abrirlo…de repente se abrió sólo. 
  • La imagen, además de manchada y muy deteriorada, estaba pegada al vidrio  del relicario que la contenía. Sin manipularla ni aplicar químicos, comenzó a desprenderse sola. 
  • La primera etapa de restauración estaba prevista completarla en 3 a7 semanas. Sin explicación científica posible, comenzó a auto-restaurarse (las partes faltantes se fueron completando) en 6 días, y el proceso de auto-restauración ha continuado, mostrando nuevos hallazgos cada vez que se expone a microscopios de alta resolución. 
  • Los hallazgos en los ojos han creado gran sorpresa e impacto en la comunidad científica, ya que no existen explicaciones humanamente posibles: El ojo izquierdo posee iris, cristalino, retina. En él se refleja una figura humana.En el ojo derecho  hay células epiteliales de un ojo humano vivo. El iris tiene forma de mapa de Venezuela, y en el centro del mapa está la imagen de Jesús. (Hay que acotar que Venezuela es el único país del mundo consagrado al Santísimo Sacramento del Altar y al Sagrado Corazón de Jesús)  ¿Qué nos lleva a pensar este misterio mariano tan hermoso? Que en las cosas más pequeñas, está la grandeza de Dios; Así como la virgen se restauraba ella misma, Venezuela también se restaura, y con ella y nuestra oración, cada día se irá restaurando. 

  • La corona sobre su cabeza es un penacho indígena, lo que se ve detrás como fondo de la imagen es el interior de una choza indígena. Las columnas a los lados son representadas en tejido de cestería indígena. Sobre ellas hay palabras en arameo, entre las cuales se ha traducido “La mujer más grande llena de gracia 

MARIA: LA OBRA PERFECTA DE DIOS 
Y me quiero quedar con esa frase hallada en la reliquia de  la Virgen de Coromoto: María es la mujer más grande, el ser más hermoso, la obra perfecta de Dios, todos sabemos que la obra de Dios es perfecta: el cielo, las estrellas, los árboles, el mar, las montañas, los animales, el ser humano a su imagen y semejanza, en fin, una obra perfecta, pero cuando hizo a María, se la comió; si hay una muestra de la perfección de la obra de Dios, es María, la mujer más grande, porque dentro de ella, estuvo durante nueve meses el ser más  grande de la historia de la humanidad, tan grande fue, que dividió la historia en dos. 
Cuando uno hace algo con sus propias manos, por ejemplo un dibujo, y le queda realmente hermoso, cada vez que lo ve, se regocija de su obra, el trazado está perfecto, la pintura ni se diga, los de talles muy bonitos, en fin, una pintura perfecta. Así como un pintor se regocija de su obra,  cómo se pondrá Dios cada vez que ve a María: 
El Dios padre, ve en María a una hija perfecta, una hija humilde, sencilla, una hija hermosa y sobretodo una hija obediente a su voluntad, una hija que desde el  primer momento fue su esclava, su sierva, siempre estuvo dispuesta a darle un Sí a su voluntad. Una hija que cualquier padre quisiera tener, una hija que  no le reclame nada, una hija que no sea necia, una hija que le haga caso, una hija con buenas costumbres y modales, es fin, una hija perfecta. Hay una canción que dice "¿Qué hubiese pasado, si ella hubiese dicho que no?" Y es que María, nació para ser la madre de Jesucristo, Dios hizo a María para ser la madre de su hijo, no fue que Dios escogió a María entre varias mujeres: "Tu no, tu tampoco, tu si", Sino que la creó para ser Madre de su hijo, María desde antes de nacer, estaba predestinada a ser la Madre del Dios hijo, y les digo algo, si la tierra donde Jesús caminó, donde Jesús hizo sus milagros, donde Jesús murió y resucitó le llaman "Tierra Santa" Cuán más santo sería el vientre donde estuvo durante nueve meses, cuán más santa sería la mujer que lo trajo al mundo.  
El Dios hijo, Jesucristo, ve en María, una madre hermosa, una madre perfecta, que siempre ha estado con Él en los momentos más importantes de su vida, una madre que le cuidó su infancia , una madre que cuando Jesús tenía sueño, María le contaba anécdotas y cuentos para dormir, una madre que le enseñó desde pequeño a ser un hombre de bien, una madre hermosa, dice una canción "si son tan bellas las madres, cómo será la de Dios". Una mujer que fue señal, para que Jesús hiciera su primer milagro, en aquellas bodas, donde apenas al tercer día, se les acabó el vino: María le decía a Jesús:: "Se les acabó el vino" y Jesús: "¿Y que quieres tú que haga yo?", miren, si una persona le han enseñado a ser obediente, así como María lo fue con Ana y con Joaquín, y así como María lo fue con la voluntad de Dios, cuando esta persona tiene un hijo, también lo va a enseñar a ser obedientes, y María,  sabiendo que Jesús como buen hijo le iba a obedecer, llamó a los sirvientes y les dijo "hagan lo que él les diga" y Jesús no tuvo más remedio que ir y convertir el agua en vino. María siempre estuvo presente en los momentos más importantes de la vida de Jesús; cuando Jesús estaba en la cruz, su dolor más grande no fueron los clavos, o las heridas, sino al ver cómo su madre sufría al ver a su hijo morir, pero su consuelo más grande fue que María, a pesar de ese dolor, siempre fue fiel a la voluntad de Dios, y sabía que al tercer día, la alegría sería plena, porque el Rey iba a Vencer a las tinieblas; tan grande son las madres, que Dios quiso tener una. 
El Dios Espíritu Santo, el Esposo de María, cuantos desearían tener una mujer como María, una mujer perfecta, hermosa, sencilla, humilde, una mujer dócil y pura, una mujer que a cualquiera enamoraría, una mujer amante de su esposo, cuánto no amaría María a San José, y qué amor tan bonito, un amor casto, y sin mancha, un amor verdadero. Cada uno de nosotros está llamado a enamorarse de María, así como Dios se enamoró de ella, porque si amamos a su madre, cuánto no amaríamos a su hijo. María, fiel esposa del Espíritu Santo, ¡Amemos todos a María! 

MARÍA, SIENDO MUJER, MODELO PARA UN SACERDOTE 

Cada sacerdote, cada seminarista, cada vocacionado, debe estar cada día más enamorado de esa mirada tierna de María, de esa voz angelical de María, de ese modelo de vida perfecta, una mujer que siempre fue dócil a la voluntad de Dios; cada sacerdote, debe estar enamorado de su vocación, pero sobretodo del Sumo y Eterno sacerdocio de Cristo, pero aquel vocacionado, que no esté enamorado de María, sin duda alguna, no está caminando bien. Todo sacerdote debe tener la confianza puesta en Dios, así como lo hizo María, que sabía que al principio no le iban a creer que ese hijo lo concibió por obra y gracia del Espíritu Santo, por lo tanto la iban a rechazar, que sabía que los fariseos iban a tratar mal a su hijo, que sabía que ese hijo se iba a ofrecer por la salvación de todos e iba a sufrir en la cruz, sin embargo, con la confianza puesta en Dios, dijo si. Todo sacerdote debe cantar como María Porque el poderoso ha obrado y cada día hace maravillas en ellos. 

Ayer 10 de septiembre, fue un día especial para nuestra iglesia de Naguanagua, porque hace 38 años, un hombre se enamoró perdidamente de María, y por curioso, se enamoró perdidamente de Jesucristo, y dejó que configurara su corazón en su sumo y eterno sacerdocio. Sin duda alguna, como dice la canción, "Qué detalle el Señor ha tenido contigo, al elegirte, al llamarte", hoy Mons. Ricardo Guerra, celebra que hace 38 años, hizo como María, dijo Sí y aceptó esa misión que Dios le tenia preparada, a alimentar al mundo, con el Cuerpo y la Palabra de Dios, a sumergir a los hombres en la verdad, a confirmar a los que quieren ser fuertes, a unir corazones, a confortar al que sufre, a que por medio de sus manos, el amor infinito de Jesucristo se derrame sobre cada uno de nosotros, a que por medio de sus manos su misericordia borre nuestros pecados, su amor arrope nuestra miseria, a que por medio de sus manos, convierta el pan y el vino, en el milagro de amor infinito, usted me ha enseñado que esta vida consiste en preguntarse cada día, si este en verdad es el camino, y no para tener la duda, sino para tener presente siempre que sin Dios nada somos, que sin Él ningún camino es bueno, yo estoy seguro, que durante estos 38 años, usted no ha llevado a Cristo, usted lo ha vivido, y por eso, en este día tan especial, quisiera encomendarlo en los brazos de María, para que cada día, se enamore de ella y se enamore de su hijo, para que cada misa la celebre como si fuese la primera misa, la última misa, la única misa. Y para que cada día sea más fiel y aún más en los momentos de dolor, así como lo hizo María, y junto a usted encomiendo a todas las vocaciones de nuestra iglesia de Valencia, para que cada día surjan hombres valientes que quieran jugarse la vida por grandes ideales, y que elijan a Jesucristo, como la primera razón de sus vidas, así como usted lo hizo, hace 38 años. Amén

domingo, 23 de agosto de 2015

SERVIRLE A DIOS: LA MEJOR DECISIÓN

Estamos en el XXI Domingo del Tiempo Ordinario, y la palabra de Dios nos invita a vivir realmente nuestro servicio a Dios nuestro padre, es decir, nos invita a ser fiel a ese compromiso que todos tenemos, a esa vocación a la cual cada uno de nosotros hemos sido llamados: a servirle a Dios y sobretodo, a servirle y serles fiel, en los momentos de dificultad.


Servirle a aquel que nos liberó del pecado


En la primera lectura, Josué le recuerda al pueblo de Israel, la vocación a la cual han sido llamados: a servirle a su único y verdadero Dios. El pueblo de Israel tuvo un pasado muy oscuro: fueron maltratados y oprimidos por Egipto, los cuales adoraban otros dioses, le rendían culto a dioses falsos, y Dios lo sacó de allí; por eso Josué reúne a todas las tribus de Israel, para recordarles las tantas obras que Dios había hecho en ellos y los que estaban reunidos se pronuncian por Dios y rechazan a los dioses extranjeros, es decir, reiteran el compromiso que tienen con Dios, el cual es servirle.

Así como el pueblo de Israel, cada uno de nosotros tiene un pasado muy oscuro antes de nuestra conversión y ese pasado también es una esclavitud, y esa esclavitud es el pecado. somos esclavos del pecado cada vez que hacemos cosas que nos alejan de Dios, cada vez que no lo ponemos a él por sobre todas las cosas, cada vez que no nos dejamos amar por él, cada vez que no respetamos a nuestros padres y no nos respetamos nosotros mismos como hijos, cada vez que matamos a nuestro hermano, y no quitándole la vida, sino hablando mal a sus espaldas, deseándole lo peor, criticándolo, mintiéndole, siendo hipócritas con él, somos esclavos en el pecado cada vez que no amamos ni aceptamos a nuestro hermano como es, cada vez que soy soberbio, cada vez que miento, cada vez que la ambición es tan grande, que terminamos codiciando lo que no es nuestro, la pereza, cada vez que nos da flojera hacer algo productivo para nuestra vida, la ira, el egoísmo, cuando nos centramos en un "Yo, yo, y yo", la lujuria, la pornografía, el desorden sexual; la gula, el exceso de las bebidas alcohólicas, en fin, una esclavitud que no es precisamente la de Egipto, sino el pecado. Y a veces tenemos la oportunidad de salir de esa esclavitud, y no, somos masoquistas y seguimos revolcándonos en el mismo charco.

Pero hay un Dios misericordioso, un Dios de amor, que no importa todo lo que hayas hecho, no importa cual sea tu pasado, Él es más grande y a pesar de lo grave que sea tu pecado, Él te saca de allí, te saca de ese charco, te quita el barro, te sacude el polvo, te limpia, te viste de nuevo, y te da una vida nueva, llena de amor, llena de gracia, una vida totalmente diferente a la que tuviste cuando eras esclavo de Egipto. El salmo de hoy nos dice "Buscad y ved qué bueno es el Señor", y cada vez que buscamos y vemos al Señor, nos damos cuenta de su amor infinito, de su misericordia inagotable, ese es el Señor bueno que nos levanta en cada caída. Hoy ese Señor bueno te invita a que con Él rompas esas cadenas de la Esclavitud del pecado, y cuando la rompas y tengas nueva vida, cumplas la misión que tienes en esta tierra, seas fiel a la vocación a la cual has sido llamado: a Servirle a Él, solo a Él, el que te rescató de ese charco, y no vuelvas atrás, no vuelvas a esa esclavitud que lo único que hacia era alejarte de aquel que te dio la vida, que lo único que hacía era acabar con tu vida. Hoy Dios te invita a servirle, a amarle, y a que te dejes amar por él, y a que dejes que él arrope tu miseria con su amor, a que te dejes arropar con su misericordia. Hoy Dios te invita a que seas como esa asamblea que rechazó a los dioses extranjeros, a que rechaces el pecado, a que rechaces lo que te agobia, a que rechaces lo que te oprime. Hoy Dios te invita a servirle, no importa tu pasado, pero sírvele, sírvele a aquel que te sacó de esa esclavitud, que te sacó del pecado.


La unión de Cristo con quienes les sirven



La segunda lectura, tomada de la carta del Apostol San Pablo a los Efesios, nos habla de esa unidad de Cristo con su pueblo, de Cristo con la Iglesia, del Pastor con sus ovejas. Sin duda alguna, que quien le sirve a Cristo, está estrechamente unido a Él. La iglesia debe permanecer siempre unida a su cabeza que es Cristo, y debe estar siempre sometida a Él, y no en un sentido de esclavitud, sino que, debemos estar unidos y servirle a ese Señor, que con su vida nos dio nueva vida, debemos estar unidos siempre y servirle a ese Señor que con su resurrección nos restauró, debemos servirle siempre a ese Señor que nos sacó del charco del pecado. Nosotros como miembros de ese cuerpo debemos estar unidos; nunca se ha visto  una pierna que ande brincando sola por las calles, sin cuerpo y sin nada, o una mano que ande por ahí andando sola, siempre está unida a un cuerpo, y este cuerpo siempre está unido a una cabeza, la cual es la que toma el control del cuerpo. Hermanos, nuestra iglesia no puede ser un cuerpo que toma decisiones por si solas sin pensar las consecuencias, cuántas personas no hay en este mundo, que por tomar decisiones sin usar la cabeza hoy son infelices. La iglesia como fiel esposa de Cristo, debe permanecer unida siempre a Él, como ese cuerpo que siempre está unido a una cabeza. Cristo se entregó por la iglesia, para purificarla, para limpiarla, para hacerla Santa e inmaculada. Debemos amar esto, debemos amar esta unión de Cristo con su pueblo, y por eso debemos ser fieles aún en la adversidad a nuestro esposo que es Cristo, un hombre que no hizo alarde de su categoría de Dios, que bajó y se hizo como nosotros, menos en el pecado, que siendo de naturaleza divina, quiso compartir con nosotros, la naturaleza humana un hombre que lo dio todo por cada uno de nosotros. ¿No vale la pena servirle? ¿No vale la pena seguirle? ¿No vale la pena estar unidos a Él?, yo diría que no vale la pena, ¡sino que vale la vida!.


Fieles aún en la adversidad


Desde hace tres semanas, Jesús nos estuvo hablando sobre el Pan de vida eterna, un discurso que toma todo el capítulo 6 del evangelio de Juan, y hoy el evangelio nos pone el final de ese capítulo. La semana pasada vimos a ese Jesús que se presentaba como el Pan de vida, como ese milagro de amor tan grande que se da cada día en el altar, "Mi Carne es verdadera comida, mi Sangre es verdadera bebida" "Quien coma de mi Carne y bebe de mi Sangre permanece en mi y yo en Él". Esto para muchos sonó muy duro, "Este tipo debe estar loco ¿Como vamos a comernos su carne y a bebernos su sangre? no somos caníbales" dirían algunos, y esto hace que muchos discípulos se fueran. Es curioso que la gente que abandona a Jesús, había sido alimentada hasta saciarse en el signo de la multiplicación de los panes y los peces, incluso había querido proclamarlo rey. A nosotros, como a los del tiempo de Jesús, nos gustaría más un Dios manejable y curandero, a quien pudiéramos dirigirnos con la posibilidad de que nos atendiera a nuestro gusto, según nuestros deseos, pero Jesús ya lo rechazó en su época, no les doró ni endulzó la píldora, no se prestó a una religiosidad aseguradora y tranquilizadora. Queremos un Dios que nos evite el proceso difícil de la fe y nos imponga su evidencia y su poder, pero siempre dispuesto a hacer lo que a nosotros nos parece más lógico. Su lógica nos parece inaceptable, lleva a la cruz, por eso le abandonamos con un montón de justificaciones. Son más ateos o incrédulos, no los que niegan la existencia de Dios, sino los que se niegan a crecer como hombres conformes al modelo del Hombre-Nuevo y es más ateo e incrédulo el que tiene un Dios para satisfacción de su ambición, de su querer, de su poder de su placer. Esta es la espiritualidad del Evangelio, el crecimiento en la fe no excluye los interrogantes, las dudas y las crisis, pero al final se crece en una confianza, que no la da el intelecto sino la relación personal con Dios.

Jesús le pregunta a los apóstoles ¿Ustedes también se van a ir? a lo que Pedro le contesta, "Señor, ¿A dónde vamos a ir? solo tú tienes palabras de vida eterna" esta frase resuena siempre en mi mente, en mi ser, cada vez que me dan ganas de no seguir en este camino de esta vocación que Dios me ha regalado, ¿Para dónde voy a ir, si tú eres la base de mi vida, si tú eres la razón de mi existencia, si sólo tú tienes palabras de vida eterna?. Hoy el señor nos invita a serles fieles aún en los momentos de dificultad, momentos los cuales siempre van a existir, porque sin pasión no hay gloria: Jesús para ser glorificado tuvo que pasar por la muerte, y una muerte de Cruz. Las palabras que dan vida no siempre suenan bien, pero al final son las que quedan. Suelen pronunciarlas personas que se rigen por el amor, que quieren el bien, que buscan lo mejor, no para ellos sino para aquellos a quienes invitan a tomar decisiones. Por eso la palabra se sustenta en las personas, en ellas adquiere credibilidad, por ellas son dignas de confianza. Esto es lo que le pasó a Pedro y a toda la comunidad que escucha a Cristo con sinceridad y se deja afectar. Sólo Jesús tiene esas palabras que nos sana y nos libera del pecado, solo Jesús tiene esas palabras que son aceite para nuestras heridas, sólo Jesús tiene esas palabras que nos dan calor en el frio, que nos dan agua en nuestro desierto. no hay otro en quien encontrar palabras de Vida Eterna. Muchas otras palabras que se dicen por ahí, solo traen tristeza y muerte. Pero nosotros optamos por estar con Jesús y seguir alimentándonos con su palabra sanadora y salvadora. Vayamos pues, todos juntos, unidos como miembros de ese cuerpo donde Cristo es la cabeza, a servirle a aquel, que cada día nos da su palabra de vida eterna, seamos fieles a aquel que nos amó tanto que dio su vida por nosotros, confiemos en Él, aún en la adversidad y pidámosle que nos dé valor para serle siempre fieles.  que nos conceda amar lo que Él manda y esperar lo que Él promete y que en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Seamos fieles a aquel que con sus obras, se ha convertido, en la primera razón de nuestras vidas. 









miércoles, 24 de junio de 2015

JESUCRISTO: LA BASE DE NUESTRAS VIDAS.

   
 El evangelio de hoy, habla sobre una enseñanza que le dio Jesús a sus discípulos, y nos invita a que la base de nuestra vida sea el cumplir su voluntad. Hay algo muy peculiar en este pasaje y en todos los pasajes del Evangelio, y es que Jesús les hablaba con autoridad, Jesús era claro en sus cosas y en lo que iba a decir, y es así como Él nos habla, con autoridad, pero una autoridad que exige, pero no obliga, una autoridad que te da las herramientas necesarias para construir una base que en verdad sostenga tu vida, pero está en ti construirla.

     A veces tomamos nuestro servicio a Dios, como un beneficio propio, como un "hago esto para ganar esto", y es verdad, si nosotros servimos a Dios de corazón, nuestra ganancia está en la vida eterna, hay una frase que los que sirven en el altar junto al sacerdote, dicen al final de la misa, pero no lo dicen en público sino dentro de la sacristía, haciendo una reverencia frente al crucifijo, y es en latín: quien presidió dice "prosit" y ellos responden "in vitam aeternam" que en español vendría siendo "Que lo aproveche" "para la vida eterna", y es así, nuestra ganancia por nuestro servicio a Dios, está en la vida eterna, y no hace falta recordádselo siempre a Dios porque Él lo sabe, e incluso mucho mejor que usted; a veces hay personas que van al sagrario, a pedir cualquier necesidad, y le dicen "Señor, yo soy la que anota las misas en la sacristía, yo soy el ministro, yo soy el monaguillo, yo soy la que barre la iglesia, yo soy la que limpia las ventanas" y le vamos diciendo a Dios todos nuestros servicios, como una especie de reclamo, como un "¿Cómo es posible que me pase esto si yo te hago esto?, como si Dios no conociera lo que nosotros hacemos. Cuando tengamos la oportunidad de ir al Sagrario a pedir por una necesidad, o cuando queramos hablar con Dios, no le hagamos un sermón de todos nuestros servicios, porque Él los conoce y no hace falta que se lo digan, sino que le hablemos directo y con confianza, y el obrará en nuestras vidas.

    Jesús es muy claro, para entrar en el reino de los cielos hay que aceptar y cumplir la voluntad de Dios,  y esto implica a que nuestro servicio sea un servicio de amor a Dios y a mis hermanos, no servir para ganar un puesto, sino para el beneficio de todos, no podemos construir un castillo sobre una nube, porque se vuelve nada; y Jesús nos pone este ejemplo de la casa construida sobre la roca: "El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca". Si nosotros esperamos y confiamos verdaderamente en la voluntad de Dios, escuchamos su palabra y la ponemos en práctica, hacemos el bien por nuestros hermanos y tenemos presente que Cristo es el centro de nuestra vida y sin Él nada somos, estamos construyendo esa base de piedra, y estamos edificando nuestra casa sobre esa base de piedra. Cada experiencia, cada vivencia, cada cosa que nos pasa día a día, sea buen o sea mala, es para fortalecer esa base, y nosotros estamos llamados a confiar en Dios y a tener presente siempre que todas estas experiencias son para fortalecer nuestra fe. Cada día Dios nos habla, y nos llama, está en nosotros escucharle, y Él nos habla por medio de designios, está en nosotros ver esos designios, y todo esto  es para fortalecer esa base, para que nuestra casa está construida allí y nunca se derrumbe, para que la base de nuestra vida, lo que sostenga nuestra vida sea Cristo. Si nuestra base es de piedra, no habrá tormenta que derrumbe nuestra casa, es decir, si lo que sostiene nuestra vida es Cristo, no habrá problema alguno, no habrá perturbación alguna que derrumbe nuestra vida, solo está en nosotros, esperar y confiar en su voluntad y su tiempo.

   Si nosotros no confiamos en la voluntad de Dios y nos desesperamos, estamos construyendo nuestra casa sobre la arena y cualquier soplo del viento se va a caer, es como construir una casa de Naipes, una casa podrá estar construida con acero si es posible, con el material de mayor resistencia que haya, pero si no tiene una base fuerte, se va a derrumbar, y así es nuestra vida, si nos dejamos llenar de caprichos y comenzamos a construir castillos en las nubes, cualquier brisa nos va a derrumbar nuestra vida, si comenzamos a hacer el mal, eso no está fortaleciendo mi base, y allí estoy construyendo mi casa en la arena, si nos dejamos comer por el desespero, no estamos construyendo nuestra casa en la base de piedra, es decir, si no depositamos toda nuestra confianza en el Señor, nuestra vida se va a desplomar como una castillo de naipes, como una casa sin base.

     Que cada experiencia que vivamos sea buena o sea mala, sea cemento para fortalecer aun más nuestra base, y que esa base sea de piedra; oremos para que nuestras vidas esté siempre sostenida por el amor de Cristo, porque quien tiene a Cristo como base de su vida, no habrá viento alguno que la derrumbe, y de esto trata el seguir a Jesús, esperar y confiar en Él, en estar claro que sin Él no somos nada, en estar claro que Él es el centro y la razón de nuestra existencia. Oremos para que nuestro servicio a Dios, fortalezca nuestra base de piedra, nos ayude a aceptar y cumplir cada día más su voluntad y que tengamos presente siempre, que conocer y amar a Cristo, es la primera razón de nuestras vidas.



     

jueves, 28 de mayo de 2015

AMOR EXTREMO

     
Hoy la iglesia celebra la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote; fiesta que se celebra el jueves después de Pentecostés. Un día para amar el sacerdocio de Jesucristo prolongado en sus ministros. Para agradecer a Cristo este gran regalo. ha de ser un día para agradecer a los sacerdotes su entrega absoluta. El sacerdote actúa en la persona de Cristo. Perdona con el perdón de Dios, lleva su Palabra que se encarna en su propia palabra, perpetúa la presencia real de Cristo entre nosotros.

  El amor y la fidelidad son más fuerte que la muerte

   La primera lectura tomada del libro del profeta Isaías es muy fuerte, nos habla de todo lo que soportó Jesucristo en su pasión, pero más allá de ese dolor que anunció Isaías en esa profecía, hay que ver ese gran gesto de amor extremo de Jesús hacia nosotros, este siervo sufriente del que nos habla Isaías prefigura la entrega total de Jesucristo. Una pasión dolorosa, dice la lectura que muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, ya no  tenía aspecto de hombre. Nadie pensaba que ese siervo, humillado, maltratado, masacrado, iba a ser aquel que cambiaría el mundo, iba a ser aquel que dividiría las historia en dos, pero más allá de este  anuncio que hizo Isaías sobre los sufrimientos de este siervo, hay que comprender que el amor y la fidelidad son más fuerte que la muerte. 

      Jesucristo no se entregó en la cruz porque él quería sufrir, porque le encantaba que lo maltrataran, algunos pensarán que solo a Jesucristo se le ocurrió entregarse, o que Jesús era un masoquista, no, Jesús no se entregó por su disposición emocional, sino por su fe, una fe que estaba basada en la obediencia a su padre. Cuando Jesús estaba orando en el huerto, sudó sangre, ese sudor era porque la presión era tan fuerte, que sus venas reventaron, su presión era porque no quería caer en la tentación, y es por eso que en su agonía, ora y dice "Padre, si es posible, aparta de mí este caliz, pero que se haga tu voluntad" Jesús no quería pasar por ese sufrimiento, no creo que haya alguien que quiera que lo maltraten así, pero Jesús fue a la cruz por obediencia; Él le pidió que si era posible, el no pasara por ese sufrimiento, pero que se haga siempre su voluntad, y Él fue obediente a la voluntad de Dios, y por obediencia Dios le concedió el nombre sobre todo nombre, como dice el pasaje de la carta a los filipenses, y vemos aquí que Isaías luego de anunciar todo ese sufrimiento, anuncia que Dios le dará una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos. 

     Luego del sufrimiento viene la alegría, porque sin pasión no hay gloria. Jesús pasó por todo eso, por todo ese sufrimiento por amor a nosotros, por un amor extremo, dice la palabra que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos, y no le bastó con dar la vida por nosotros, no le bastó con sufrir todo lo que sufrió para que su pueblo no sufriera, sino que antes de su pasión aseguró que siempre iba a estar con nosotros y estableció esa alianza eterna de la que nos habla el evangelio de hoy.

Incomparable amor, amor extremo

      El evangelio de hoy habla de ese amor infinito, de ese milagro de amor incomparable, extremo y eterno. Jesús quiso quedarse con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y lo hace con este milagro de amor infinito. Jesús como buen judío seguía las costumbres de su pueblo. La cena de la pascua era una de esas costumbres, y cada uno de sus elementos tenía un significado: el pan ácimo representaba el pan del maná en el desierto, las hierbas amargas representaban esa amargura, que vivieron cuando eran esclavos de Egipto, y a los panes le untaban una especie de mermelada, hecha de manzana y canela, que representaban las mezclan que hacían los esclavos para construir las construcciones que pedía el faraón. Jesús quiso también, conmemorar esa cena, y no la abolió sino que la perfeccionó y estableció una alianza nueva y eterna: nos entregó el pan convertido en su cuerpo y el vino convertido en su sangre. Ese es el amor extremo de Jesús hacia nosotros, que Él siendo el Rey, se queda con nosotros en ese humilde pan. Este es el amor infinito de Jesús, que Él mismo se entrega como ofrenda para ser el sacrificio por el cual hemos sido salvado, tal como lo hizo en la cruz.

      Hay una frase muy importante en esta lectura, con ella Jesús instituyó el Sacerdocio: "Hagan esto en memoria mía", desde ese momento, y esta tradición ha continuado hasta nuestros días, y continuará siempre, porque es una alianza nueva y eterna. hoy en el altar, se hace lo mismo que hizo Jesús con sus discípulos hace más de dos mil años entorno a la mesa. Jesucristo por medio del sacerdote, se hace presente en el altar, y no es un símbolo, sino que es Él, quien viene aquí para que nosotros vayamos a Él. ¡Seamos fieles a ese amor!. Hoy día de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, oremos por los sacerdotes, porque por medio de sus manos es que hoy seguimos haciendo eso en su memoria, por medio de sus manos ese Pan y ese Vino se convierte en su Cuerpo y Sangre, y no es que sea el Sacerdote quien lo convierta, sino que es el mismo Jesucristo, cada sacerdote es un Cristo en la tierra, que hace eso en su memoria, por medio de las manos del sacerdote, Jesús perdona nuestros pecados. 

      Oremos por todos ellos, por nuestros pastores, para que cada día se santifique más y más su ministerio y oremos por el aumento de las vocaciones, porque hay una verdad muy clara: Sin Eucaristía no hay Sacerdotes, y sin Sacerdotes no hay Eucaristía. Joven, si sientes el llamado a ser testigo de este amor infinito, ¡No tengas miedo!, la vida sacerdotal es una vida apasionante, en donde por medio de ti Jesucristo derrama su amor incomparable, no tengas miedo a cumplir la voluntad de Dios, no tengas miedo a tener una vida realmente apasionante, como siempre digo: que no vale la pena, sino la vida. Oremos para que cada día hayan jóvenes que quieran darlo todo por aquel que lo dio todo por nosotros, que quieran conocer y amar a Cristo, la primera razón de nuestras vidas.


miércoles, 27 de mayo de 2015

SIRVAMOS A AQUEL QUE VINO A SERVIR

   
     El evangelio de hoy (Mc 10; 32 - 45) nos presenta una petición que Santiago y Juan le hicieron al Señor: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". Ciertamente que estos apóstoles no sabían lo que estaba pidiendo, querían poder, querían sentarse en el trono al lado del Señor, casi nada. Jesús obviamente les dice que ellos no sabían lo que pedían, y les pregunta que si podrán pasar la prueba que Él iba a pasar y recibir el bautismo con que Él será bautizado? y ellos obviamente desorientados sin saber lo que decían respondieron: "Sí podemos". Si nos damos cuenta, al inicio del evangelio, Jesús anuncia su pasión y muerte, es la tercera vez que lo hace, y la prueba que va a pasar es esa que ya había anunciado: su pasión; el bautismo que va recibir es una imagen de la Pasión cercana: según la fuerza original del término griego "bautizar" es "sumergir", Jesús será "Sumergido" en un abismo de sufrimientos. Jesús añadió que Sí, que ciertamente pasarán la prueba que Él iba a pasar y recibirán el bautismo con el cual él será bautizado; y Sí, si pasaron por ese bautismo, y eso está claro: Herodes Agripa hizo morir a Santiago, tal como lo vemos en los Hechos de los Apóstoles (Hch 12; 1-2); su hermano Juan, aunque no sufrió el martirio, no estuvo menos estrechamente asociado a los sufrimientos de Jesús y recordemos que fue Juan quien se quedó al pie de la Cruz, junto a María.

    La misión de Jesús en la tierra no es la de repartir cargos o rangos a los hombres, sino la de sufrir para la salvación de todos, y claro está en el evangelio de San Juan (Jn 3; 17) "Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él"; es por esto que Jesús les dice a los discípulos que eso de sentarse a su derecha o a su izquierda no le toca a Él concederlo; eso es para quienes está reservado, es decir, eso le corresponde al Padre, Dios envió a su hijo a cumplir una misión y Jesús fue fiel a ese mandato de su Padre. 

    Esto que le pidió Juan y Santiago a Jesús, obviamente causó indignación, a los otros diez apóstoles, y Jesús se reunió con ellos y les dijo: "Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes". Nosotros como Cristianos estamos llamados a servirle al Señor, mediante cualquier vocación, sea sacerdotal, sea misionera, sea laical, en fin, todos estamos llamados a servirle al Señor para alcanzar la vocación que todos tenemos: la Santidad; esa es nuestra verdadera ganancia, la santidad, no debemos servir como los políticos, para beneficios propios, sino para el beneficio de todos. Debemos practicar la humildad, si yo soy ministro de la Eucaristía, y veo que no hay nadie recogiendo las ofrendas, ¿mi actitud correcta es decir: "no, no voy a recoger eso, yo soy ministro"? Ciertamente que estamos equivocados, nuestro servicio es para Dios y no para un puesto, y más aún en la iglesia. La iglesia no debe funcionar como un partido político, que todos trabajan para tener un puesto y no para el beneficio de todos; cada uno de los miembros de la iglesia debe trabajar para el bien de todos.

   Esto no significa que no hace falta una autoridad, en las organizaciones,  nuestro catecismo nos dice que "Toda comunidad humana necesita una autoridad que la rija. Esta tiene su fundamento en la naturaleza humana. Es necesaria para la unidad de la sociedad. Su misión consiste en asegurar en cuanto sea posible el bien común de la sociedad". (CIC 1898). Hay una diferencia muy grande, entre ser "jefe" y ser "lider": el jefe desde una silla manda a otros a hacer algo que quede a la perfección y como él le parezca, si no le gustó lo manda a volver a hacer; en cambio el líder, junto a los demás trabaja para que lo que está planeado salga bien, no lo hace desde una silla sino desde el trabajo.

     Ciertamente que los líderes y las autoridades de este mundo deben seguir el ejemplo de Jesucristo, que no vino a ser servido sino a servir, si Jesús hubiese venido a ser servido, no le hubiese lavado los pies a sus discípulos, Jesús era un hombre que no se quedaba encerrado en las sinagogas, sino que salía a la calle, que no se reunía con los de "alto rango" sino con los más pobres, un hombre que en cada obra demostró su humildad, definitivamente nuestro Dios es el rey de la humildad. En el mes de diciembre del año pasado, leí una reflexión que decía: "Todo niño quiere ser hombre, todo hombre quiere ser rey, todo rey quiere ser dios, solo Dios quiso ser niño". La humildad del Señor es tan grande, que no le bastó con crearnos, sino que bajó a estas tierras, se hizo hombre a igual que nosotros, fue humillado y masacrado por nuestra salvación. 

     Por eso quisiera terminar esta reflexión con el cántico de la Carta a los filipenses (Flp 2; 6-11) "Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.". Te invito a que tu servicio no sea para un cargo, sino para el bien de todos, que tu servicio no sea para una ganancia en esta vida, sino una ganancia en la vida eterna, que todos trabajemos para todos, para el bien de todos, tal como lo hizo Jesucristo, se entregó por nosotros, se humilló por nosotros, y siendo el Rey de Reyes, siendo el Señor de Señores, cada día se hace presente en el altar, y está esperando por nosotros en ese Pan, que nuestro servicio sea a aquel que lo dio todo por nosotros, Jesucristo, la primera razón de nuestras vidas.


martes, 26 de mayo de 2015

DEJARLO TODO PARA RECIBIRLO TODO

     
     Hoy la palabra de Dios, igual que el día de ayer, nos invita a dejarlo todo para recibirlo todo. El día de ayer el evangelio hablaba sobre la historia del joven que no quiso dejarlo todo por Jesús, en la reflexión de ayer invita a que seamos fieles al llamado de Dios, a que dejemos todo lo que nos impide seguirle, dejemos de ser necios, y respondamos al llamado que Jesús nos ha hecho: permanecer siempre en su amor, un llamado apasionante, que nos invita a seguir y a dejarlo todo por Jesús. Ayer Jesús nos invitaba a dejarlo todo por Él y hoy nos habla sobre qué ganaríamos si lo dejamos todo por seguirle.  
Pedro le dice a Jesús, que ellos ya han dejado todo para seguirle, y Jesús les asegura que nadie que haya dejado casa, familia, tierras, por seguirle y por su palabra, dejará de recibir en esta vida, cien veces más de lo que dio y en el otro mundo la vida eterna. No hay algo más hermoso que abandonarse en las manos del señor, que dejarlo todo por Él, es reconocer que somos frágiles y sin Él no somos nada, es reconocer que a pesar de todo lo que tenemos, que a pesar de todo lo que hemos ganado, que a pesar de todo lo que la vida nos ha dado, sin Dios no tenemos ni somos nada. 
      Cuántos Pedros hay en el hoy que le dicen lo mismo a Jesús, "Señor ya hemos dejado todo para seguirte", pero lo dicen con una actitud de "te doy para que me des", "Señor, si tú me haces esto, yo te llevo todos los domingos un ramo de flores", "Señor, si tú me haces esto, voy a caminar  20 Km de rodillas", es verdad que Dios es fiel a las promesas, que si pedimos con  fe, Dios concederá lo que le pedimos, pero el seguirle no es un "toma y dame", el seguir a Jesús es dejarlo todo, sabiendo y confiando en que Él proveerá, sabiendo y confiando en que Él me dará el ciento por uno de lo que deje; eso es el dejarlo todo por Cristo, confiar en que con Él tendremos aún más de lo que teníamos. 
     Hay una frase que a cada rato repito, "Seguir a Cristo no vale la pena, vale la vida", y esa es la verdad, ¡seguir a Cristo vale todo! sólo debemos confiar que lo que Él nos quita es para darnos algo mejor. Hay un pasaje bíblico que habla de la vid y los sarmientos, y nos dice que el jardinero poda las plantas para que sigan dando frutos, un jardinero poda las plantas para ponerlas más bonitas; lo mismo hace Dios con nosotros, él nos poda para que sigamos dando frutos, y el camino del seguimiento a Jesús consiste en eso, en muchas podas, que Dios nos hace para fortalecernos, nos quita muchas cosas, pero como dice el evangelio de hoy, recibimos el ciento por uno. Si uno vive aferrado a lo que tiene y a lo que somos, no se podrá experimentar la verdadera felicidad que da la libertad, la gratitud y la generosidad; pero si alguien deja algo valioso para su vida, por seguir a Jesús, nunca quedará defraudado.  
    Así como el joven rico se entristeció al oír a Jesús que le pedía el desprendimiento de su riqueza, el que pone en práctica esa pobreza siente alegría, paz y liberación interior, porque la verdadera riqueza es cumplir las enseñanzas de Jesús. Se cumple así la palabra del mismo Señor: “hay más alegría en dar que en recibir”. ¡Seamos partícipes de esa felicidad! esa alegría de confiar en Jesús, de confiar en que Él proveerá y quien lo deja todo por Él, lo recibe todo, aún más de lo que dejó. porque seguir a Cristo no vale la pena, ¡vale la vida!. Todos estamos llamados a seguirle, a dejarlo todo, a conocerlo y a amarlo, porque Jesucristo, es la primera razón de nuestras vidas.

lunes, 25 de mayo de 2015

EL SEGUIR A JESÚS

    
Luego de los 50 días del tiempo de Pascua, luego de la fiesta de Pentecostés, iniciamos nuevamente el tiempo ordinario, y en este inicio de la continuación de este tiempo, el evangelio nos habla del seguir a Jesús con esta historia, la del joven rico. El evangelio nos relata a un joven, a lo mejor igual que muchos, buscando qué hacer con su vida, un joven que a pesar de todo lo que tenía, aún no era feliz, un joven que a pesar de sus riquezas, aún no estaba conforme, él salió corriendo hacia los pies de Jesús y no para pedirle la sanación como hacían otros, no para pedirle un milagro, sino que  este joven fue corriendo a los pies de Jesús, para preguntarle algo que nadie le había preguntado: qué debía hacer alcanzar la vida eterna, en otras palabras: qué debía hacer para tener la felicidad completa; Jesús le dice: bueno, ya sabes los mandamientos: No matarás, no robarás, no cometerás adulterio, no robarás, no cometerás fraudes, no mentirás, honrarás a tus padres. Es decir, Jesús le habló de los mandamientos y si nos damos cuenta, le habló sólo de los mandamientos que debemos cumplir con respecto a nuestros hermanos, no habló de los mandamientos de Dios. Y debido a esto el joven le dice que él cumplía todo eso, él era un buen hijo, él era honesto, él no robaba, era un muchacho puro, era un joven ejemplo a seguir; y le pasó lo que a muchos jóvenes le pasa hoy en día, pensó que con tan solo eso, cumplía con Dios, y no, para cumplir con Dios, hay algo mayor: hay que seguirle.  pero para seguir a Jesús implica muchas cosas, implica dejarlo todo, para recibirlo todo, implica abandonarse a sí mismo; y eso es lo que le dice Jesús al joven: "solo te falta una cosa, ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después ven y sígueme". Cuando nosotros dejamos todo por Dios, es para recibirlo todo, y el seguir a Jesús es recibirlo todo, siempre y cuando dejemos todo. Cuantas cosas no hay en este mundo, que no son malas, dinero, casa, carros, en fin, son cosas buenas siempre y cuando la sepamos utilizar. Pero entre una cosa buena, y Dios, siempre hay que elegir a Dios y esa fue la invitación que Jesús le hizo al joven, a que en medio de tantas cosas buenas que él tenía, eligiera a Dios. 

      Sin embargo, este joven se entristeció, y decidió no elegir a Dios, prefirió todo lo que tenía, y no quiso seguir a Jesús. Cuantos jóvenes no hay como éste del cual nos habla el evangelio de hoy, cuantas personas hay que prefieren el dinero antes que Dios, que prefieren las riquezas antes que Jesús, cuantas personas les cuesta abandonarse a sí mismo, para seguir a aquel que lo dio todo por mi. Jóvenes que andan por la vida a lo mejor con un proyecto de vida hecho, a lo mejor con una carrera de estudios por delante, con un carro, una casa, una buena vida, pero que a pesar de que hacen cosas buenas, le cuesta dejarlo todo por Jesús. El seguir a Jesús implica dejarlo todo, el seguir a Jesús no sólo es rezar el rosario e ir a misa todos los días, el seguir a Jesús no sólo es ayudar a cruzar la calle al anciano, el seguir a Jesús no sólo es comprar y comprar libros que, si es verdad, acrecientan la fe, pero no basta. El verdadero seguimiento a Jesús es abandonarse en Él, es confiar en Él, es confiar plenamente nuestras vidas en sus manos, es dejar que Él nos lleve a donde Él quiera, pero lo más importante, confiar plenamente hasta el punto de dejarlo todo, de dejar todo sin mirar atrás, de dejar todo aquello que aunque sea bueno, no nos colma nuestra felicidad, el seguir a Jesús implica dejarse enamorar por Él, dejarse sorprender, porque cuando Él nos quita algo, es para darnos algo mayor. 

     Jesús no te está invitando a que seas un mendigo, a que seas un indigente; Jesús te está invitando, a una vida verdaderamente apasionante, una vida que consiste en recibir cada día, bendiciones y alegrías por parte de aquel a quien estamos siguiendo. Cuando Jesús dice que es difícil que los ricos entren al reino de los cielos, no lo dice porque es "una traba" para entrar al reino, tampoco lo dice porque existiese una regla que dice que los ricos no entran al cielo, sino que lo dice porque hay ricos que les cuesta entregarlo todo por Jesús, hay ricos que prefieren sus riquezas y no prefieren a Dios, y es por eso que termina respondiendo una pregunta que le hicieron con respecto a quién podrá salvarse, y Jesús respondió que es imposible para los hombres, pero para Dios no. Si nosotros dejamos todo sin mirar atrás, Dios no los multiplicará, porque para Dios nada es imposible.  Seamos fieles al llamado de Dios, dejemos todo lo que nos impide seguirle, dejemos de ser necios, y respondamos al llamado que Jesús nos ha hecho: permanecer siempre en su amor, un llamado apasionante, que nos invita a seguir y a dejarlo todo por Jesucristo, la primera razón de nuestras vidas.